Los Orcos Comunes fueron los Orcos originalmente criados por Melkor al principio de los tiempos. No soportaban la luz del sol, eran sucios, sanguinarios, patizambos y caminaban encorvados.
De acuerdo al capítulo 3 de El Silmarillión, De la Llegada de los Elfos y el Cautiverio de Melkor, Melkor fue el primero en conocer el despertar de los Elfos, los Primeros Nacidos, por lo que enviaba sombras y espíritus malignos para poder espiarlos. Entonces, cuando uno de los Elfos se alejaba demasiado de sus hermanos o se adentraba en los bosques o montañas con poca compañía, éstos caían en las manos de Melkor:
"... Dicen los sabios de Eressëa que todos los Quendi [Elfos] que cayeron en manos de Melkor, antes de la caída de Utumno, fueron puestos en prisión, y por las lentas artes de la crueldad, corrompidos y esclavizados; y así creó Melkor la raza de los Orcos, por envidia y mofa de los Elfos, de los que fueron después los más fieros enemigos..." (Tolkien, 1977).
Es la raza de Orcos más antigua de todas, y la que durante más tiempo habitó en la Tierra Media. Al ser la raza original de los Orcos, las demás razas que fueron surgiendo a lo largo de la historia, también tenían la sangre de estos en sus venas. Por ejemplo, los Trasgos fueron Orcos Comunes de pequeño tamaño, que fueron adaptándose a vivir en la oscuridad y en los estrechos túneles subterráneos de las montañas; los Uruk-hai fueron criados por Saruman a partir de Orcos Comunes, aunque se desconoce la manera en la que los crió y perfeccionó; y los Semi-orcos fueron criados por Saruman cruzando Orcos con Hombres, aunque se desconoce la raza de Orcos que utilizó para cruzarlos, seguramente fueron Uruk-hai, ya que esta era la raza más fuerte y completa de aquella época, la cual ya tenía sangre de Orco Común en sus venas.