Eärendil ("enamorado del mar", "amante del mar" o "amigo del mar" del Quenya) era un Peredhil o medio elfo. Fue hijo de Tuor, hombre de la casa de Hador, y de Idril Celebrindal, hija del rey Turgon de Gondolin, de la casa élfica de Finwë. Nació en Gondolin.
Historia[]
Primeros Años[]
Eärendil nació en Gondolin en el 503 PE, hijo del Edain (Hombre) Tuor de la Casa de Hador e Idril Celebrindal, hija del Rey Turgon. Tuvo una feliz infancia hasta los siete años, momento en el que Morgoth lanzó sobre Gondolin el ataque que tenía preparado, ya que hacía años que conocía la ubicación exacta de la ciudad gracias a Maeglin, el Elfo Oscuro y Capitán de la Casa del Topo. Eärendil estuvo a punto de morir en el ataque por mano de Maeglin, que deseaba a su madre desde hacía mucho y quería, además, hacer daño a Tuor. Sin embargo, su padre llegó a tiempo de salvarlo lanzando al traicionero elfo por encima de las almenas de Gondolin directo a una horrible muerte. La ciudad fue destruida en el ataque, pero Idril y Tuor, junto con Eärendil, reunieron a cuantos pudieron de los sobrevivientes de la ciudad y escaparon de la ciudad por un camino secreto que había mandado construir Idril años atrás.
Siguiendo el curso del río Sirion, los sobrevivientes de Gondolin se dirigieron, guiados por Tuor e Idril, hacia el sur en busca del mar y acabaron llegando a la desembocadura del Sirion. Allí se unieron al pueblo de Elwing, hija de Dior, que habían llegado a esas tierras poco tiempo antes huyendo de la destrucción de Doriath llevando consigo el Silmaril que Beren había arrancado de la corona de Morgoth.
Cuando su padre, viejo y deseoso de surcar el mar, zarpó en su barco rumbo al Oeste junto a Idril, Eärendil se convirtió en señor del pueblo que vivía en las desembocaduras del Sirion y se casó con Elwing y tuvieron dos hijos, Elrond y Elros, también llamados Peredhil o Medio Elfos.
Eärendil se convirtió en gran viajero por mar, y en todos sus viajes perseguía dos propósitos: Buscar a sus padres y conseguir llevar un mensaje en nombre de los elfos y de los hombres a los Valar para que les ayudaran en su lucha contra Morgoth. Eärendil era un gran amigo de Círdan, el Constructor de Barcos, y con su ayuda construyó un barco llamado Vingilot, en el que realizó todos su viajes.
Viajes de Eärendil[]
Navegando en Vigilot, Eärendil llegó a muchas tierra y costas desconocidas, pero no encontró a Tuor e Idril ni las costas de Valinor. Por fin decidió regresar a Beleriand, pues echaba de menos a Elwing y tenía un presentimiento de que algo malo podía ocurrir a su pueblo en su ausencia.
Cuando Maedhros hijo de Feänor se enteró de que Elwing vivía y conservaba el Silmaril, decidió no hacer nada pues estaba arrepentido de lo ocurrido en Doriath. Pero al cabo del tiempo, el juramento no cumplido volvió a atormentarle y también a sus hermanos. Volvieron a reunirse, y mandaron mensajeros a los puertos del Sirion exigiendo la entrega del Silmaril de Feänor. Elwing y su pueblo se negaron, y así ocurrió la última de las matanzas de elfos por elfos. Meadhros y sus hermanos atacaron repentinamente al pueblo de las desembocaduras del Sirion y lo aniquilaron. Los barcos de Círdan y Gil-Galad acudieron a ayudarles, pero llegaron tarde. Elwing se arrojó al mar con el Silmaril y Elrond y Elros habían desaparecido.
Pero el Silmaril no se perdió, porque Ulmo saco de las aguas a Elwing y le dio forma de un gran ave blanca, que voló por el cielo buscando a Eärendil. Una noche, Eärendil vio venir un gran ave blanca que se posó en la cubierta de Vingilot. Por la mañana Eärendil comprobó que el ave se había convertido en su amada.
Creyendo que no había esperanza para su pueblo, Eärendil decidió llegar a Valinor para entregar un mensaje a los Valar. Con el Silmaril en la frente, puso rumbo al oeste. Y gracias al poder de esa joya consiguió por fin llegar a la tierra de Valinor. Allí le dijo a Elwing y a los tres marineros que habían viajado con el, que le esperaran en el barco sin poner pie en la costa, porque tenía miedo de la cólera de los Valar contra quien pusiera pie en la tierra de Valinor sin permiso. Pero Elwing no le hizo caso y le acompañó.
Juntos recorrieron las tierras, pero habían llegado en tiempos de festividad y los elfos estaban reunidos con los Valar. Unos pocos vigías le vieron llegar y mandaron mensajeros a Manwë. Eärendil se despidió de su amada, porque entendía que solo uno podía entregar el mensaje a los Valar. De esta manera, Eärendil llegó a la colina de Tuna, pero no halló a nadie. Pensando que el mal había llegado también a la tierra de los Valar, puso rumbo a la costa.
Pero se le apareció Eönwë, heraldo de Manwë, y le conminó a que se presentara ante los Valar para entregar su mensaje. Y Eärendil pidió perdón para los elfos y piedad para los hombres, y que los libraran del poder de Morgoth. Y los Valar le escucharon y se prepararon para la guerra. Ese fue el origen de La guerra de la cólera en la que Morgoth fue derrotado.
Después de escuchar a Eärendil, los Valar se reunieron y decidieron sobre el destino de los medio elfos, ya que pertenecían al linaje de los hombres y de los elfos. Los Valar juzgaron que Eärendil y Elwing no podrían volver a las tierras de los mortales, aunque no serían castigados por haber pisado la tierra de Valinor, ya que lo habían hecho para salvar a los elfos y los hombres. Pero ellos, y sus hijos, deberían elegir a qué linaje pertenecer, al de los elfos o al de los hombres. Elwing, eligió pertenecer a la raza de los elfos, y por ella eligió de la misma manera Eärendil. Al final de la primera edad, Elrond eligió pertenecer a la raza de los elfos. Su hermano eligió pertenecer a la raza de los hombres y se convirtió en el primer rey de Númenor.
Los Valar soltaron las amarras de Vingilot para que los marineros que habían acompañado a Eärendil pudieran volver a Beleriand, y prepararon los ejércitos para marchar hacia la Tierra Media y derrotar a Morgoth.
Eärendil y el Vingilot participarían en la Guerra de la Cólera al mando de las Águilas de Manwë, siendo responsable de la muerte de Ancalagon "El Negro", el más grande de los Dragones al mando de Morgoth, tras una encarnizada batalla aérea. El cuerpo muerto de Ancalagon caería desde muy alto sobre la tierra maldita de Morgoth destruyendo las Torres de Thangorodrim.